El barranco:

En mitad del barranco
dos manos recién cortadas.
Un ramos de lunas menguantes
clavados en la tierra blanda.
Y por el río de sangre que fluye por la pendiente.
Dos corazones flotan.
Como dos barcos de duras pieles.

En mitad del barranco
dos cuerpos se enfrentaron.
Cientos de lunares besaron la arena
y debajo de esos lunares
los huesos echaron raíces de profunda pena.
Y un arbusto de lagrimas secas creció
donde la noche clavo su navaja
como una flecha certera,
Las mariposas con sus patas de ceniza
se posaron en las dentaduras desnudas de los amantes.
Y en aquellos ojos que brillan en la noche
como escamas de peces.


En mitad del barranco
dos corazones de barro que palpitan.
Dos piernas que se entrelazan.
con cadena de pieles recién cortadas.
Y bajo el hueso supura la tinta viva del poema.
La estrella fugaz es aquella cuerda de violín
que corto con saña dos gargantas,
que intentaban decir te quiero en un barranco
donde florecen los labios recién nacidos.
Y los jacintos hambrientos de estrellas y de cuerpos.



Y en mitad del barranco
dos manos recién cortadas.
Y en medio de esas manos que intentan
rozarse la una a la otra en un ultimo
Una golondrina quiere dormir
el sueño de las manzanas.
Posando sobre cada vena que se desprende sus garras.
Y haciendo con cada hilo que fluye de ellas
como finas gotas de agua por la lluvia de los dedos.
Un nido que sea símbolo de un amor
que vivirá mas allá de la muerte.
Mas allá del tiempo.