Haz una hoguera
con las astillas rotas
de mi corazón.
Quema hasta la única fibra
de mi ser herido
en la hoguera de mis pequeñas vanidades.
Y luego....
Arrojas las cenizas color sangre
al abismo blanco
donde se deja devorar vivo
por hormigas
el cuerpo profanado de aquel Cupido
al que le rezaba
a los diciente años.
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