lunes, 22 de septiembre de 2014

Eran las doce y muerte en punto

Eran las doce y muerte
en punto.
En el reloj de la media noche,
cuando salio de su escondite mecánico
el cuco de la luna llena.
Marcando el segundo exacto,
en el que mi corazón se paro de golpe
convirtiéndome en protagonista de mi poema;
y siendo el latido
que permanecerá para siempre,
encadenado a tu lado.


Eran las doce y muerte
en punto.
En el reloj de la media noche,
cuando me convertí,
en el latido de una campana.
golpeando el pecho de la piedra eterna.
para convertirme,
en un verso con las entrañas abiertas.


Eran las doce y muerte
en punto.
En el reloj de la media noche,
cuando  la luna beso mi frente
y de mis párpados cerrados,.
Germinaron un ramo de golondrimas
que abrieron sus alas al verte.

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