Perdida en el laberinto
de mis espejos interiores.
Soñando con mis fantasmas pasados.
Quienes acarician mis venas frías
con sus cálidos dedos.
Y juegan a tocar canciones de cuna
con los ventrículos de mi triste corazón.
Viviendo con el esqueleto del arte
y de la lírica fuera de mi piel.
Y sintiendo las flores oscuras de la poesía
brotar de mi cabeza.
Soy la sombra rota de mi propia historia
y de mi propia alma,
El juego chinesco de mi sonrisa. Y de mi máscara.
Aquello que viviéndolo todo....
¡No ha vivido nada!
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