Y conoceré la derrota
al sentir una abeja en forma de bala
creando paneles oscuros
en los muros de mi boca.
Al comprender que no soy
mas la sombra de mi propia alambrada.
Y el muro en donde se estrellan
todas las palomas negras de mi melancolía.
El tiempo será una goma de borrar
que difuminara mi rostro y mi corazón
sobre el cielo. Y yo ese manchurrón indescifrable
en medio de un paisaje donde solo exista
la sombra de la luna como única pincelada.
Y entre mis venas rotas por la apatía oscura
que anidó en forma de pájaro esquelético
crecerá un árbol de ninfas reducidas a muñones
que una vez conocí por felicidad.
Un hermoso poema.
ResponderEliminarUn lindo final de semana.
Un abrazo