Una pequeña guadaña oscura
sesgando de pronto
las flores de tu corazón.
Una sensación de muerte
se vuelve un mar de plomo
e inunda tu pecho.
La melancolía convertida en araña de barro
pone un millón de huevos
en el interior de tu garganta.
Cae la noche a plomo
como una losa sobre tu alma.
Y la luna se desprende
en pequeños hilos de sangre plateada
que dibujan pentagramas de tristes canciones
en el interior de unos ojos muertos
por el velo de la nostalgia.
Ya se abren las heridas
por donde supuran flores con rostros
de antiguos amores
Y las estrellas muerden con saña
los cadáveres que quedaron de aquellas noches.
Llegara las alondras de la niebla
a anidar en tu alma.
Y seras la sombra borrosa de tu felicidad.
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