Amor.
Atraviesa la pared de mi pecho.
Como una flecha
cuya punta queme mas
que todos las flores que abren sus pétalos
en el jardín de los infiernos.
Corta con tus puñales invisibles
mi corazón
en delirios pequeños.
Y deja sus restos en el cementerio
donde todas las moches
son ángeles que muerdan y destrocen mis labios
junto con la tierna raíz
que diera, el fruto maduro de un instante
que fuera una madrugada interminable
en el balcón abierto de tus pupilas
y de mis sueños.
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