sábado, 20 de febrero de 2016

Las calles de Madrid gritan.

Las calles de Madrid gritan.
Gritan con una voz de piedra antigua.
Con una voz que retumba por las solitarias avenidas.
Las calles de Madrid esconde en el eco de su voz,
Un llanto de voces rotas.
Un llanto que resuena como trueno.
Un trueno que atraviesa las paredes,
como una flecha incendiaria.
Las calles de Madrid tienen mil ojos entre sus fachadas.
Mil ojos que miran mas allá del tiempo.
De un tiempo que palpita entre adoquines
y corazones de cemento.
Tiempos de bombas y cuchillos.
Tiempos de romances y duelo.
En el silencio de la noche
Madrid grita desgarrado su pulmón de acero.
El nombre de todos sus muertos.
De todos sus muertos olvidados por la historia.
Muertos de rostro desdibujado.
Muertos que vagan por las calles buscando sepultura.
Muertos de los que nadie se acuerda.
Muertos que arrastran su triste sombra.
como una eterna cadena.
Cadena de lágrimas y sangre por las aceras.
La noche de Madrid oculta entre sus calles,
miles de muertos sin su lapida.
Madrid en su angustia noctambula grita
con una cruz en la garganta.
Una cruz construida con sangre seca
y esquirlas de metralla.
Madrid grita recordando su guerra,
viendo entre sus muros las cicatrices y sus heridas.
Heridas que al pesar del tiempo aún permanecen frescas.
Como un estigma que recuerda  la lucha de Cain y Abel sobre la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares