jueves, 16 de octubre de 2014

La canción campesina:


¡Jornaleros!:

Mirar.
vuestras manos
manchadas de barro seco.
No os la lavéis.
¡Están limpias!.

Mirar.
vuestro rostro,
marcada por las cicatrices.
no tratéis de ocultarlas,
es la marca de: 
¡vuestra luchas con la vida!.

Mirar.
vuestros ojos
llenos de lagrimas.
No os la sequies,
¡es el agua que regaláis a la tierra.!

Pero no miréis
la blancura de unos pocos
cuellos almidonados.
Ni el brillo,
de diminutos soles
sobre unas manos porcelana.

Pues ese brillo,
es el brillo sucio de aquellos
que no se han lavado nunca 
con el agua pura 
que mana de la fuente de la miseria.
Ni tienen heridas en su piel 
de recoger frutos con espinas.
con sus manos rotas y sus uñas levantadas .

Mirar.
vuestro cuerpo,
sucio por el sudor de escarbar,
la tierra con una cucharilla muy pequeña.
y vuestras manos,
manchadas de sangre y barro

Pero no os lavéis,
por que estáis limpios.
No os lavéis ¡no!.

No os quitéis jamas 
de vuestro rostro arrugado 
los restos de tierra.

No os limpiéis jamas,
la sangre seca 
de vuestras manos campesinas.

No os sequieis jamas,
Las lagrimas que caen de vuestros ojos
pues es agua cristalina.

Pues cada gota de sudor,
que cae de vuestra frente al suelo
es lluvia regando el campo;
que antaño
fue regado por la sangre de vuestros abuelos.

¡Jornaleros!.

Mirar vuestras manos,
manchadas de sangre y barro
pero no os la lavéis
porque están limpias.

¡Jornaleros!.

Mirar vuestro rostro
marcado por las cicatrices
pero no os las tapéis.¡No!
por que es la marca de vuestra lucha por la vida.

¡Jornaleros!.

Mirar vuestros ojos,
llenos de lagrimas que caen hasta vuestras mejillas.
Pero no os la sequéis.¡No!
Pues el agua 
de la cual beben los campos 
que tienen sus gargantas secas por la ceniza.

¡Jornaleros!.

No os sacudáis ni un grano de tierra,
adherida a vuestras manos.

pues la tenéis limpias.

Ni os quitéis una gota de sangre seca 
de vuestros dedos.

pues están limpios.

¡Jornaleros!.

Vuestra sangre 
es el agua pura que baja de un manantial,
dando de beber a los rebaños 
vuestras lagrimas 
un torrente que recorre los río,
por donde nadan peces color plata.
y vuestro sudor 
la lluvia  fresca que riega la tierra,
de donde crecen las semillas 
que dan frutos 
con el sabor amargo de vuestros muertos.

¡Jornaleros!.
No limpies el barro de vuestros dedos

Son los fantasmas 
que habitan en las ciudades de oro
los que se tienen que quitar las manchas 
de su rostro con agua de sol y hambre
pues ellos son los que están sucios de miserias,
y cubiertos por el barro de la opulencia.

pero vosotros, que os bañáis con la tierra.
y os limpiáis con sudor y sangre,
no os lavéis ¡no!.

¡por que estáis limpios!

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