viernes, 22 de agosto de 2014

Los cocodrilos tomaron las calles

Los cocodrilos tomaron las calles.
Ni un cordero esta a salvo.
¡correr!.correr, esconderos dentro de vuestros latidos
Ya  vienen los ejércitos de la noche,
por las calle cargando su escopeta.
¡Alerta!.hijos míos. Alerta.
Los Bueyes de acero,
Arrastras dentro de los carros soles apagados
y pilas de cometas muertos.
Zagales en el patíbulo de la niñez
preparan la horca para ajusticiar a los muñecos.
Los poetas escriben versos,
sobre la piel de la luna.
y las flores cortan mis labios,
hasta hacerme sangrar espinas contra la acera,
y un enjambre de polillas
calma su sed bebiendo de las lagrimas de las farolas.
¡Alerta!. Hijos míos. Alerta.
esconder vuestros latidos dentro de una urna
para que el miedo, no pueda escuchar vuestro llanto.
y arrancad la lengua de las campanas,
para echárselas de comer a los cocodrilos
para que dejen de arrancar con sus fauces de fuego
carne a los corderos.
Que son.corazones de hielo que agonizan en el suelo.
¡Correr!, correr y esconderos
Que los ejércitos de la noche se organizan en falanges.
y avanzan cortando el viento.
Dos tambores sonaran detrás de los rascacielos.
y los perros, aullaran su serenata de la muerte,
sobre el filo de un paraguas.
y los jilgueros cortan con su pico,
tiritas de la piel a las nubes
para dársela a sus hijos.
que esperan con sus boquitas abiertas.
¡Alerta!. Hijos míos. Alerta.
Los niños preparan la horca para colgar,
al pelele de los sueños.
cuyos hilos se abren mostrando al mundo su esqueleto.
Sacaros los ojos.¡hijos míos!
sacáros los ojos con vuestras propias manos,
para quitar de cuajo vuestras penas,
y con las venas que cuelgan
alimentar a las alegrías que se consumen
comiéndose a si mismas.
¡Correr!,hijos míos. correr.
y esconderos dentro de vuestras madrigueras.
ya avanzan los ejércitos de la noche;
cargando su escopeta.
En lo alto de la torre,
una paloma de barro permaneció muerta.
¡Alerta!. Hijos míos. Alerta.
La madrugada se acerca por las calles escondidas.
y ya no hay tiempo para lamentarse,
de no haberle sido fiel a la luna llena.
¡Arrancad!. con una cuchara de madera.
 los dientes, a los cocodrilos de la sombra.
Para que no arranquen, luz a los corderos
y llenar sus encías vacías
con bolas de papel mojado por la lluvia

¡Descansad!. hijos míos descansad.
Ya podéis dormir tranquilos.
Ya jamás. morderán los cocodrilos.

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