Y hay en mi garganta
una ventana abierta
a todos los sueños rotos
y a todas las ilusiones robada.
¡Ven! conviértete en polvo de nieve
y entra hasta dentro.
Siente el frío de este alma rota.
Y la soledad que como un ente
de humo sólido
acaricia mi diminuta alma.
¿Tienes frío?
¿Sientes el mordisco del silencio?
¿Si?
¡No sabes cuanto me alegro!
De tu frío.
De tu dolor.
De tus sentimientos.
Por que yo soy un fantasma de carne
con emociones muertas
que ya....
¡No siente nada!
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