Hundidos en un mar de abrazos.
Arrastrados por las corrientes del te quiero
hasta la orilla donde descansa tu corazón.
Un remolino de besos empapados de espuma
nos arranco la piel a tiras
dejándonos desnudos de sal.
Y como corrientes de deseos
nos evaporamos en burbujas de caricias
que se fusionarán en lo más profundo del espíritu del agua
y en el corazón de las Nereidas. .
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