Cada noche...

Cada noche lloro
centenares de mariposas muertas
sobre el papel.
Y me abro las muñecas
con el resplandor frío de la media luna.
Cada noche
me dejó morir de melancolía
al clavarme las cuerdas de mi guitarra
en el centro de mi corazón.
Cada noche
una rosa deja sus espinas
en mis labios.
Y de repente comienzo a sangrar por la boca
contornos de Cupidos.
Y cientos de musas descarnadas.
Cada noche se apodera de mí
El espíritu rosa de la lírica.
Y mis dedos ocultan hilos de tinta
y notas musicales.
bajo sus yemas.
Cada noche me desprendo del alma.
Y la dejo ser
esa paloma que duerme su sueño de niña de nieve
en el jardín de mis pupilas.
Cada noche
veo el fantasma de Psique atrapado
en el espejo.
Cada noche derramo lágrimas negras
sobre la superficie del café.
Y sobre las vetas de la madera.
Cada noche me dejo morir un instante
de melancolía.
Pero solo es el instante.
En el que me desprendo de mi máscara transparente
de poeta.
para convertirme en poesía.