En medio de la plaza agonizan las palomas
con una esvástica clavada en el pecho.
Su sangre escribe la palabra muerte
sobre la piel ajada del pavimento.
Holocausto de corazones que laten
con un yugo en las arterias.
Holocausto de almas que se funden
en las entrañas del suelo.
Holocausto de palomas con las patas arrancadas
por las garras del perro negro.
Palomas con sus picos perforados
por las balas del silencio.
En medio de la plaza, se amontonan los cadáveres
en una montaña de pieles y de ceniza.
Y una cerilla de angustia y olor a gas mezclado con sangre.
la redujo a barro.
Dejando solo los escollos y las plumas
esparcidos por el asfalto.
En medio de la plaza el holocausto.
Holocausto de estrellas frías.
Holocausto de ángeles mutilados.
De símbolos de la paz cruelmente profanados.
Holocausto del llanto que se ahoga
en su propio vómito de angustia.
Holocausto de palomas blancas.
Palomas agonizando con la negra cruz
clavada en el pecho.
En medio de la plaza las palomas...
se vuelven lirios de muerte.
Reposando su esqueleto, bajo las calles pavimentadas
con dentaduras de serpiente.
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