domingo, 20 de marzo de 2016

El niño pobre..

El niño pobre tiene mas santidad,
En cada lágrima cayendo de sus ojos.
Que cualquiera de las tallas de santos
que custodian cualquier Iglesia.

El niño pobre tiene en sus ojos,
el brillo triste de aquellos que han perdido la luna.
Ese resplandor en la mirada
del que sueña en la tierra con poder ser agua.
Dos obleas por labios,
de los que comen los ruiseñores de la noche.
Y los rebaños de la aurora.


El niño pobre tiene entre sus manos
la pureza de la tierra virgen.
Y la blanca suciedad de un ángel de mármol.
que lleva sobre sus hombros el fino manto del dulce polvo.
Unos churretes de saliva seca,
que son como gotas de oros fundidas a sus mejillas.
Y una sonrisa dibujada en sus dientes blancos
Que es una mariposa con sus alas extendidas.


Pero nadie quiere ver sus alas de ángel de barro.
Ni su corona de espinos dorados.
Ni ver dentro de sus ojos gravada la cruz del hambre.
Porque todos andan dando vueltas,
con sus ojos sobre las palmas de las manos.
Ciegos completamente ciegos.
ante la pureza del que es mas hermoso,
que la hermosa de la piedades.

Pero yo me postro.
Me postro de rodillas ante verdaderos santos.
Los santos del corazon humilde.
los santos que añoran un paraíso,
viviendo encerrados en  su propio infierno
de basura y hierros oxidados.

Ante vosotros me pongo de rodillas,
y alzo mi cáliz.
Ese cáliz que contiene cada gota de mi sangre.
Cada una de mis lagrimas.
Y con un trozo de mi piel limpiare vuestras manos.
Esas manos santas
que son capaces de hacer un manjar,
con una pelotas de arcilla.

Yo me postro ante vosotros niños pobres,
con la misma humildad ,
con la que se ha de postrar ante un rey.
Pues sois los reyes destronados
de este inmerso reino en perpetua reconquista de si mismo.
Este reino llamado mundo.

Ante vosotros clavare mi rodilla en la tierra.
Con la fé del que sueña una madrugada nueva.
Y mirando a vuestros ojos bañados en luna,
pediré ser mártir de vuestra causa.
Y que me claven en la cruz de la amargura.
para que comáis de mi cuerpo,
en una sagrada liturgia con la vida.

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