Denuncia:

Debajo de los latidos
y de las astronomías.
Se esconden,
Las semillas calcinadas de los pueblos.

Debajo de las fachadas
y de los yugos de las bestias,
se oculta,
El quejido de los motores,
y las coces de las mulas,
Golpeando las mandíbulas de los campesinos
con pezuñas de barro y goma dura.

Debajo de  la piel de los cadáveres.
y de las lunas que se secan.
las alambradas echaron dentro de la tierra,
raíces de intestinos
Que dan como fruto.
Un árbol de ovejas muertas.


Debajo de los mecanismos
y de adoquines.
hay niños de alquitrán
llorando con lágrimas de cristal y ceniza.
cuyos sollozos
perforan los corazones,
de los perros de cinc y caucho.
que se funden bajo el calor de un latido.
oculto en un corazón de metal y grava.

Debajo de las pisadas.
los números bailan
con los decimales al cuello.
Y los cocodrilos de cartón,
llevan dentro de su vientre carcomido
los trozos de esparto de aquella cuerda
Que una vez amarraron las pezuñas de los de  bueyes
Que hacían surcos,
clavando sus cuernos de afilado hambre.
en la frente de los poderosos.
y que ahora son un amasijo de carnes tumefactas
sobre el cemento.
Donde su mugido revienta los cristales,
De los ojos


Debajo de los naipes,
Quedaron las manos de los tramposos.
y sobre el horizonte,
las cicatrices de los mendigos.
cuyos rostros quedaron marcados con sangre.
cuando un sol  de bronce levanto su piel
tiñendo de rojo y negro,
las calles donde los edificios se levantan
con huesos de perros,
y las fachadas son pintadas con la silaba
De los niños;
Que se arrancaron su propia lengua.


Debajo de los latidos
y de las astronomías.
Se esconden los sollozos,
de las lunas
y los quejidos de los trabajadores
Cuyas manos,
son  burros de barro
Que tienen espinas en la boca,
y que fueron clavadas por una zarza
que da frutos, con forma de yugo y de calaveras.