Triste se queda la noche.
Cuando la madrugada se marcha.
Dejándola sola en el horizonte
y sollozando...
Tras las montañas.
Triste se queda la noche.
llorando sobre una torre de cinc y plata
su pena seca y amarga.
De sus ojos hundidos por la niebla,
caen diminutos cristalitos de escarcha.
Que rompen! en dos...
¡El corazón del alba!.
Triste se queda la noche
y yo...
Mas triste de escucharla.
Al ser, tan solo poeta de este mundo.
Y no poder consolarla.
Triste se queda la noche.
Cuando la madrugada se marcha.
Dejándola sola en el horizonte
y muriendo...
En un mar de lágrimas.
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