miércoles, 5 de noviembre de 2014

Los niños de la sombra:

Las  manecillas de los cipreses
marcan las 12 en punto.
En el reloj de los muertos.
Y las campanas de la media noche.
doblan por cada lucero.


En el calendario de la luna.
es 1 de noviembre.
y al cantar afónico de un gallo de ceniza
se levantaran de su sueño;
los niños de la sombra a jugar tras las criptas.

Carreras tras las tapias del cementerio.
sobre las ramas. un balanceo.
una rayuela invisible dibujada en el suelo.
un piedra que camina sola.
y unas pisadas blandas en el terreno.
Jugar a un escondite eterno
contando de infinito a uno. al revés,
Buscando las risas.
y encontrando el silencio.


Unos cantares escondidos tras las lapidas.
Que suenan. en medio de la soledad;
como diminutos cristalinos mecidos por el viento.
El golpeteo de una comba levantando la tierra.
mientras dos niñas sin rostro.Juegan con ella.
y otra niña sentada sobre una rama.
peinando a su muñeca.
Mientras hay  un grupo de niños sin pies.
Que juegan al corro alrededor de un tronco seco.



En medio de la soledad.
Los niños fantasmas se columpian;
sobre las manecillas de los cipreses.
Para poder detener el tiempo.
Sin saber que...
Que la mano de la fría muerte.
Hace mucho tiempo que vino a por ellos.
Para que jugaran para siempre tras las tapias del cementerio.


Son las 12 en punto.
En el reloj de los tiempos.
Y las campanas de la media noche.
Doblan por cada lucero.
Que es cada niño de sombra
Riendo entre las hojas de aquel árbol de ceniza.
que permanece quieto.
y jugando entre las paredes de una ciudad pequeña.
Donde se vive entre sueños.

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