Soy el ciborg de latidos rotos
que cada noche
se corta los circuitos
con la punta de mis lágrimas.
Soy ese androide humano
que sonríe mecánicamente
ante la reacción humana del aprecio.
Y que solloza ante
la sensación de fría oscuridad
de querer, y no tener un alma.
Soy esa máquina humana
que duerme
conectada a una incubadora
de sueños en carne viva.
Y que respira versos cada madrugada.
¡Esa! Que piensa que estar viva
consiste, en mirar de frente y respirar.
Mientras siente sus latidos como un extraño motor,
que cualquier día activará la palanca Off
de esta extraña bomba de sangre
llamada corazón.
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