El tiempo y el sueño

Se dividen
el tiempo y el sueño
entre los contornos
de la realidad invisible.
Y el corazón late
entre las paredes ocultas
del ayer y del mañana
como un barco a la deriva
de su propio timón.


Cada noche
la luna regresa
a su siembra y a su placenta.
Y su resplandor
se vuelve un espasmo de luz
que atraviesa
la mirada melancólica
de los arboles encadenados
a la piel sin hueso
de la ciudad.


Todo es,
un inmenso laberinto
de emociones
salvaje mente controladas
por el caos
Y por la serenidad controlada
de la vida.
Un intento de sedacion consciente
en el que estamos
como flotando en un mar
que va a la deriva del todo y de la nada
al mismo tiempo.


Somos suspiros con piel
que transitan como sonámbulos
por las corrientes
de un río de cemento.
Llantos mecanizados
con un sollozo de alquitrán
en la garganta.
Cuyas lagrimas escriben
nuestros nombres
en medio de un cementerio urbano
donde crecen flores,
con rostros de niños futuros
en el interior de los coches.

Miro mi papel en blanco
El calendario herido
y la taza del café.
y sueño....
un paisaje lleno de horas que no existen
y sirenas multicolores
que flotan ingrávidas
en medio de una ola de sangre.

Mis anhelos surrealistas
mi paraíso de sofocada evasión
han sido devorados
con intensa saña lucida y caníbal
por los gusanos
que habitan al otro lado del tiempo
y del sueño.
Dejando sobre el jardín
de los invisibles
mi cuerpo manchado de tinta.