Hay restos de pétalos caducos
en el maquillaje desprendido de la luna.
Una niña que derrama lágrimas oscuras
sobre un mar donde flotan cientos de peluches
profanados por las oscuras larvas de la muerte y de la guerra.
Hoy un apóstol se abre las entrañas
con la escama de un caimán.
y miles de palomas abatidas por el relámpago plomizo
se vuelven escorpiones
que clavan su aguijón en las frentes de las calaveras.
Quisiera cortarme los tobillos
con las antenas de la mariposa y las manecillas del reloj.
Para dejar tras mi oscuro caminar
Un sendero de horas tristes que se desdibujan lentamente
junto a mi borrosa sombra.
Quisiera no saber del dolor agudo de un corazón
que agoniza siendo un afilado grito
en aquel campo donde mueren las boca fosilizadas al beso.
Quisiera clavarme en los ojos
la ultima gota de tinta que se descolgó del poema.
Y morir en un basto silencio azul.
Donde no exista mas sonido que el de una gota de agua
sobre un campo con libelulas de cristal.
Cada noche me desprendo de mis venas
Y dibujo una paloma y un casquillo de bala sobre la piel del tiempo.
Como me duele la rosa de cristal
que hecha raíces de sangre dentro de mis pupilas.
Y como siento al chacal de la muerte
clavar sus dientes de oxido,ceniza y arena.
En lo mas profundo de mis entrañas.
Miro al cielo y la luna es una mascara mortuoria
cubriendo el rostro desfigurado de una madre
Que ya ni ojos tiene para llorarle a su hijo muerto en la trinchera.
Una mascara cuyos pétalos caducos tapan un maquillaje
desprendido sobre aquel paisaje
En donde ya solo hay un páramo blanco y vacio
desbastado por las metralletas.
En el cual solo queda en pie el esqueleto un edificio
de cuyas ventanas cuelgan manos y retos de vertebras.
Que con la ultima caricia del viento
se agitaban como las banderas de un naufragio en una isla desierta.
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