lunes, 17 de julio de 2017

Era julio en mis ojos.

Era julio en mis ojos.
Aunque en mi corazón era noviembre.
Y una sensación de frió y muerte
se propago como la peste por mis venas.
Una sensación de oscuridad gélida
Que arañaba mis latidos con sus afiladas lunas.
Y que desgarraba mis entrañas
como desgarra la piel del poeta los dientes de una bala.

Era julio en mis ojos.  Pero el sol no brillaba.
El sol se volvió cristal y sus rayos cortaron mis lágrimas.
Porque mi corazón golpeaba mi pecho
con  furiosos pulsos de noviembre.
Un noviembre eterno en lo mas profundo de mi alma.
Un noviembre que traía consigo
Una tormenta de sangre seca y pieles afiladas.
Un noviembre oscuro y frío.
Noviembre de escarcha sanguinolenta
y de esqueletos por los caminos.

Era julio azul en mis ojos todavía niños.
Aunque en mi corazón era un eterno noviembre.
Y una sensación de muerte y frío
cubrió como un manto solido todos mis músculos y mis venas.
Una sensación de oscuridad gélida
que corto mis latidos con sus afiladas lunas.
Y que desgarro mis entrañas
dejando mi corazón reducido a su sombra.
Este corazón que en este glaciar donde mueren las esperanzas
Es un pequeño brote rojo

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