sábado, 18 de febrero de 2017

Triste soledad de mercurio.

Triste soledad de mercurio.
Y de noche que no deja de morderme la frente
como un caimán recién nacido.
Aveces quisiera que el tiempo fuera un pez de arcilla
Y poder apretarlo entre mis manos.
Pero he de conformarme
con martirizar un lirio de piel entre mis dientes.
Y con saber que la luna es una paloma herida
que se desangra de luz y belleza ante mis ojos.
Triste soledad del verso malherido.
Y de la polilla prisionera en ámbar.
A veces un ruiseñor en los labios es muerte.
Y son las lagrimas navajas de cristal cortando la piel del aire.
Hoy quisiera arañar el corazon de la melancolía
con la afilada cuerda del arpa.
Levantar los parpados al llanto.
para ver los ojos tristes de la guitarra.
Clavarme un instante en las retinas.
borrarme a mi misma y solo dejar mis huellas.
Triste soledad.Triste angustia negra.
Gotas de mercurio derretido
atravesando como puñales mi garganta.
Hoy quisiera atrapara la felicidad.
Como quien atrapa una mariposa para encerrarla
en una jaula de oro.
Poder arañar las entrañas del poema
con el pétalo  de una rosa.
Y cortarme las ilusiones con la cola de un cometa
Ser el llanto oculto en el alma invisible
del violín.
Hoy siento a la noche clavarme sus dientes en mi frente.
como un caimán recién nacido.
Y a la soledad mas que nunca siendo
una inmensa hormiga de humo
devorando vivo mi cuerpo reducido a cadáver de su sueño.
Triste soledad de mercurio.
Triste agonía. de mis versos escritos con lagrimas y con sangre.
sobre la palma de mi mano.
Beso que quisiera ser golondrina.
Y solo es un caballo que yace en un campo de relojes de arena
abatido por un pensamiento.

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