sábado, 30 de julio de 2016

La pena amarga:

Tengo en mi garganta
el sabor a plomo de la sangre
y el de la pena amarga.

En mis ojos incrustados
los trozos de las lágrimas que quedaron,
Esparcidos tras la explosión del llanto.

En lo más hondo de mi ser,
Las raíces del árbol de los tiempos
Clavadas como espinas del ayer.

Mi piel es un pequeño cementerio.
Donde mis lunares son de pronto,
Cabezas de ruiseñores muertos.

Dentro de mi corazón hay un pozo inmenso.
Donde se hundió  mi espíritu triste,
con la granada de la angustia fragmentada en mi pecho.

Mi boca no puede sostener
Entre sus labios cortados por la lluvia,
el pájaro moribundo de tu querer.

La tinta de mis versos,
ocultaba dentro de sí, una pequeña muerte
Y yo muerta dentro de ellos.

Y yo con mi alma al aire.
me consumo en el jardin de las agonías
queriéndote como no te quiso nadie.

Teniendo dentro de mi garganta...

¡El sabor de tu pena amarga!
Dejando en mi ser un rastro de afiladas lagrimas.

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