viernes, 15 de julio de 2016

Pequeño poema triste:

Dejare mi corazón 
oculto en lo más hondo de la tierra.
Para que este sea la semilla
de la que germine un árbol,
cuyo tronco oculte en su interior
mil latidos que resuenen como 
diminutas campanas en medio del silencio.
Con ramas sean manos de enamorados.
Y cuyas  hojas sean ojos de poetas.



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