Abierta la tumba de mi alma.

Abierta la tumba de mi alma.
dispuesta a profanar
con una melodía de violín
a la mariposa dormida en mi latido.
Y arrancar de cuajo las raíces oscuras
de las flores de mi melancolía.
Y de mi llanto.
Hoy quiero rezarle al cadáver rosado
de mi niñez.
Y a la silueta amortajada de mi ángel de la guarda.
Una oración que sea
un aleluya entre los rosarios de las lágrimas.
Y escribir sobre la tierra húmeda de mi juventud
Y de mi añoranza.
Un epitafio que sea, un poema
que alcé sus alas y vuele
hacia ese rincón oculto del firmamento azul
en donde se pierde el sueño
entre los cabellos desatados del arcoíris.