Triste corazón adolescente:

He desecho la madeja
de mi pobre corazón adolescente.
He dejado sangrar mis  poemas gota a gota
verso a verso dentro de la calavera.
y de la luna menguante.
He roto con mis manos desnudas
el cristal en donde se refleja,
el fantasma  descarnado de mi melancolía.
He pintado con mi sangre
el retrato mortuorio de mi triste alegría.
He tropezado con mi sombra.
Y he caído de boca contra un sueño
rompiéndome las realidades.
Me he cortado los sentimientos
con el filo del poema.
Y he llevado hasta el sepulcro de cupido
todos los besos arrancados.
He desgranado las horas oscuras de mis 17 años
sobre un montón de golondrinas encendidas.
Y sobre un cerro de besos apagados.
He escrito tu nombre mudo sobre la arena.
Y he cubierto mis suspiros
con el tupido velo con el que tape los ojos
al cadáver de mis sueños.
Yo he dejado de ser.
He comprendido que soy una libélula atrapada
dentro de un pulmón de ámbar.
Y que las horas son hormigas mordiendo mis latidos.
Con una dentadura de caimán recién nacido.
Porque en medio de este caos de sentimientos
Mi juventud.
Es un pozo en donde se ahogan mis noches
junto a sus madrugadas.
Y sobre mi mano extendida cuelga un hilo rojo.
El latido seco de mi triste y ya muerto.
Triste corazón adolescente.