lunes, 14 de marzo de 2016

poema para despues de una guerra:

No hubo salida.
Toda la ciudad era un muro.
No hubo salida.
Toda la ciudad era un grito profundo.
No hubo salida.
Los corazones latían golpeando los pechos,
con un bum,bum profundo.
No hubo salida. No. no la hubo.
El tiempo en su jaula,
se clavo su pico de mercurio.
Y las esferas de los relojes se volvieron arena, 
El día se volvió ceniza cubriendo
los ojos de los rascacielos.
No hubo salida.
Una torre de lágrimas secas,
se levanto sobre el terreno
en donde antes jugaban las niñas.
Y una manada de rinocerontes de cristal y hierro.
Embistieron  con sus cuernos de azufre
contra los edificios.
Dejando esqueletos de metal,
retorcerse sobre las desnudas avenidas.
No hubo salida.
Todo el horizonte era un solar,
de gargantas y pupilas.
y los gatos que intentaban alcanzar la luna,
eran asesinados por los pájaros.
No. no hubo salida.
El país era una alambrada electrificada
contra la que se inmolaban las golondrinas.
No hubo salida.
Toda la ciudad era un muro.
No hubo salida. No. no la hubo.
La ciudad,  con sus calles y sus avenidas
se volvió una jaula de cemento.
Y entre sus barrotes se pudo escuchar un grito
Un grito que era un eco de mil campanas.
Resonando en medio del silencio.
No hubo salida.
No hubo futuro.

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