sábado, 9 de marzo de 2019

Madre tierra se confiesa

Duelen cada una de las heridas
que se abren y supuran
entre las grietas antiguas de mi piel.
Esa piel agrietada por el tiempo
y por las lágrimas.
Y cuyas venas son cuchillos
que cortan mi corazón cansado.
Cada día siento como pequeñas bocas
muerden mis entrañas azules.
Arrancando pedacitos dolientes
de mi espíritu sangrante y derrotado.
Y me consumo tragándome a mi misma
Deseando volver
nuevamente al origen
de cuando fui aquel primer embrión
que flotaba ingrávido en el útero invisible
del big bang.
Quiero dejar de supurar
cenizas
huesos
y tiras de petróleo.
Por cada rincón agotado de mi anatomía.
Quiero dejar de sufrir
por cada instante que vivo
con mis cicatrices rotas
por los siglos.
Y dejar de tener mis párpados,
como si fueran eternos campos de batalla
repletos de pequeñas calaveras.
Desde que tengo memoria
no he dejado un solo minuto de llorar
y gritar en silencio.
Queriendo ser aquel primer instante
reducido a un latido.
Queriendo desparecer para siempre
llevándome a todos conmigo.
Como si fuera una kamize embarazada
que tiene bombas por hijos.
Porque lamento mi existencia.
La lamento amargamente
desde aquel momento,
en el que el hombre dejo su huella de plástico fundido
marcada sobre mi placenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Federico tras el espejo(Book trailer)

Entradas populares