Cierro los ojos.
Malabares de rosas y cuchillos
En medio de la habitación.
El corazón que grita
con un eco oscuro y penetrante.
Frío. hace frió.
Cuando aprieto la palma de la mano
Y la sangre convertida en raíces
atraviesa las arrugas de mi camisa.
Clavándose como dagas que se retuercen
en mis venas.
Y hace que me duelan las emociones
con tanta intensidad
como me duele el silencio.
La soledad es,
una mariposa negra
que lame mis lágrimas y mis heridas.
y es también
una estela que corta mi piel
y mi espíritu.
En pequeños suspiros de noches grises
y versos desprovistos
de su calavera metafórica.
Amor disfrazado de juego.
Juego de heridas y azar poético.
Juego de incertidumbre que disfraza
la ternura de dolor.
Dolor de no saber,
Si tras el ultimo malabarismo
caerá sobre la palma de tu mano
la punta del cuchillo
o el pétalo de la flor.
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