gime
con acordes afilados
de guitarra.
Y mis venas
rajando mi piel
resuenan como oscuras
composiciones de violín.
Mi espíritu
es como una nota negra
atrapada en medio de un pentagrama
deformado y sangrante.
Y son mis latidos
melodías tristemente melancólicas,
Que resuenan
como las olas de un mar muerto.
Entre las paredes azules
de mi alma.
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