En mi corazón hay dentelladas de luna.

Mis ojos atravesados
por la espina de la rosa.
Aquella lagrima
que es luna liquida
y resbala por mis mejilla.
Bajo mi piel centenares de polillas
y mariposas de sangre
muerden y arañan mis emociones.
con sus dientes de humo
y sus labios de nieve.
Y dejan bajo la capa de mis lunares
sus antenas y sus alas.
Como pequeñas raíces y navajas.
Que cortan mis sueños
dejando restos de duendes y ninfas heridas
sobre mis párpados
convertidos pétalos de fina cal.
Mi pecho es una tumba abiertas
donde quedaron sepultados
mis amores
y las margaritas transparentes
de mi niñez.
En mi corazón hay dentelladas de luna.
Y caimanes de humo
que arañas mis recuerdos con sus garras
hasta dejar el fantasma
de un ruiseñor que grite mi nombre
con una pistola y un rosario entre los dientes.
Y yo sombra roja de mis versos
me vuelvo ceniza y agua
En medio de un paisaje urbano
con las venas y el cemento
arañando el corazón del aire.
Metáfora de la melancolía
disfrazada de romance pactado en la gran ciudad.
Poesía que es hemorragia viva
y sangra.
Sobre la piel dura de un falso mar.