En medio de un laberinto
de estrellas muertas y pozos secos.
Llora un coro de guitarras y violines
con las cuerdas empapadas
en lágrimas y en sangre.
Y las musas con sus manos y sus pechos
amputados.
Recorren los caminos de los cristales rotos
y los deformados espejos.
Toca 13 campanas
por cada apóstol muerto.
Y los gatos convertidos en panteras
muerden trozos de cielo
Y congelados rayos de luna.
En el centro de un charco de tinta fresca
Fermenta un trozo de pan.
Y hay enjambres de mariposas de marfil
que agonizan sobre un pentágrama.
Y que mueren Junto a la sombra de la lírica.
La lluvia convertida en lágrima
se precipita contra
contra el corazón abierto de una ciudad
que se consume entre mortajas de neones y farolas.
No hay nadie escuchando
el agónico alarido de la fantasía atrapada
entre dos muros.
Porque quiere abrazar y no puede.
El cuerpo ya convertido en flor sin sombra
del artista muerto.
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