Frente al abismo melancólico

Frente al abismo melancólico
del papel en blanco.
El poeta es un alma que muere
con las palabras convertidas
en puñales y rosas
dentro de su sangre y su garganta.
Un suspiro que se vuelve carne y duele.
Una mariposa convertida
en la sombra gris de su aleteo.
Sollozo lírico
pintado de azul y malva.
Rumor de río.
Que oculta lunas apagadas
entre sus corrientes.
Estruendo violento de metralleta
contra una pared
de corazones enamorados.
Fantasma triste de si mismo.
Y un reflejo que se descompone
en miles de amaneceres
que aun no han sido.
El poeta muere un poco
con cada lágrima que se vuelve
un rosario de noches en vela
y emociones descarnadas.
Y siente el inmenso miedo
de no poder volver a sentir nunca mas
ese impulso de vida
que le haga escribir latidos.
Y emociones que sean flores de tinta
y sueños de piel
Que respiren bajo el mar
del tiempo y el océano de la viva muerte.
Tiene miedo de caer
al abismo melancólico del papel.
Y ser devorado vivo
por  las bocas de humo de los demonios
hambriento de la lírica.
Y de la carne multicolor de las metáforas.