Como poeta quiero rendir mi pequeño homenaje a modo de poema a las victimas del tren de Santiago de Compostela:
Hoy lloraste Santiago.
Tu pena de sangre y acero,
hoy tus lagrimas tenían sabor
A angustia y miedo.
La sangre de sus cuerpos,
Que es tu sangre.
¡OH. Santiago!
Derramada por los campos de hierro.
Y la muerte,
Que es tu muerte.
¡OH. Santiago!
Dime:
¿Si los santos tienen miedo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario