Contando de 10 a 0
mientras camino hacia atrás
con mi corazón sobre las manos.
Sin saber, o al menos, sin pretender saber
hacia donde me lleva el abismo
de mis emociones.
Descolocando el diccionario
de mi vida. Escribiendo el punto final
de mi historia antes de conocer
el principio de la misma.
Jugando al ajedrez contra
el demonio mi soledad
e irónicamente ganando
todas y cada una de las partidas.
¿Es eso lo que llaman la suerte de los tontos?
Si eso es verdad. Entonces yo soy la mayor imbécil
en lo que amistades se refiere.
Todo lo que conocí
se dio la vuelta como un calcetín.
¿O tal vez siempre estuvo del revés?
Con las costuras de la vida hacia fuera.
Con las venas mi realidad, palpitantes y expuestas.
Y con los hilos de mi sonrisa
al aire, como una muñeca.
Lo único que sé, es que
como dijo alguna vez el poeta :
Yo, ya no soy yo.
¿O tal vez nunca lo fui?
¿Entonces quien soy? No lo se.
Nunca lo sabre. Me llamo Nadie
y vivo en la calle del Olvido.
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