Lágrima de carne saliendose del pecho.
Entre vaivenes de Tic-taces y latidos.
Mi corazón. es un ruiseñor que pende de un hilo.
Un ruiseñor que ya no canta.
Ruiseñor que tiene su sentir herido.
Mi corazón.Una boca enamorada que grita.
Y una campana de estaño que solloza.
Y entre gritos que perforan la piel del alma.
Como puntas invisibles de una invisible navaja.
y repiqueteos de sangre que se vuelve cristal
en un laberinto de gargantas.
Mi corazón. Que colgaba de un péndulo
Se desprendió como una manzana madura
contra el pozo seco de mi angustia.
Y de entre mis venas y arterias surgió una
raíz de una pena tan amarga.
Que cada sentimiento es una burbuja
de alquitrán explotando dentro de mi boca.
Y cada palabra de amor un eco perdido en ese pozo
donde las lagrimas son bocas de serpientes,
tragándose vivas todas las poesías
que me quemaban en cada centilitro de sangre.
Sangre que son plumas de ese ruiseñor muerto.
De ese corazón. Que ya no es corazón, Sino cadáver vivo,
de mis amores.Amores que eran un péndulo.
Péndulo de angustia solida cortando cada fibra de mi ser.
De este ser que se ahoga en un pozo negro.
Pozo donde se murió el amor devorado por las lagrimas.
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