Rompiendo los esquemas.
He comprendido que yo soy
yo misma, y mis mismos diablos.
¿Qué absurdo verdad?
La libertad es creer
que la locura es una borrosa
y distorsionada clave de sol.
Y que la vida es esa melodía
escrita con sangre
sobre un diminuto violín.
La muerte vendrá. Y vendrá
en forma de luna o tal vez en forma de caballo.
No lo sé. Mi destino es un destino lorquiano
perdido en una pintura derretida de Dalí.
¿Qué sabre yo de la vida? Si de morir apenas sé
y a vivir aún estoy aprendiendo.
¿Qué sabre yo del destino? Si el mío esta trazado
con sutura de cuerdas de guitarra
sobre un telar de infinito color negro.
Pero que sabre yo de nada.
Si recién ahora, empiezo a comprenderlo todo.