En sacrificio me entrego

En sacrificio me entrego.
Como mártir, a los oprimidos y a los olvidados

Cortarme las manos
y ponlas sobre la tierra.
Para acariciar el corazón desnudo
del tiempo
y de la naturaleza.

Mi  sangre regara
los esqueletos verdes de las flores
que ya son,
flechas melancólicas clavadas en el alquitrán
de las cunetas.

Y mis lágrimas, serán la lluvia
que rieguen los campos
en donde crecen, las cruces rojas
en los campos del silencio.

Cada uno de mis dedos
sera una semilla.
Y de ellas brotara un árbol
que tendrá entre sus hojas, todos los rostros
de aquellos que fueron
flores rojas creciendo entre las balas
y entre los sueños recién cortados.

Y serán mis venas, las raíces que beban la sangre nueva
que fluya entre las pieles y entre las manecillas
que nacerán rompiendo la tela del mundo
que es embrión, mortaja , y cobijo.
Todo en uno.

Porque, sera mi cuerpo
alimento para las mariposas blancas de la libertad.

Que comerán de él,
hasta dejar mis huesos coronando
el jardín triste, donde descansan los latidos de plomo
junto a los esternones de barro.
Que respiran con el ritmo de tambores
que que tocan con letanía de llanto.