martes, 8 de enero de 2019

Nada un banco de estrellas fugaces...

Nada un banco
de estrellas fugaces
En el mar de los sueños infantiles
A veces canta un pájaro de espuma
en el árbol crepuscular
que agita sus hojas en medio
de un paisaje pintado
en el núcleo de un corazón que llora
flores y arcoíris
manchados con las lagrimas.
La  imaginación es un sueño.
Un sueño en el que dormimos y existimos
con los ojos abiertos.
Flotando entre las paginas de los libros que leímos
cuyas letras se volvieron agua.
Arrastrándonos con sus manos de tinta
hacia la orilla
en donde los niños juegan a acariciar el sol
sin quemarse.
Y en donde los ángeles
disfrazados de agua y cascabeles
cantan con voces de cristal trenzado
aquella canción
de felicisima nostalgia.
dentro de nuestras dulces lagrimas.
En mitad de la noche se nos abre
la piel de las muñecas
y en medio de la sangre gris
que hace no mucho tiempo fue
 multicolor.
Resuena la carcajada lejana de nuestra niñez.

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