martes, 27 de noviembre de 2018

El purgatorio a nuestras pasiones.

Cada uno de nosotros
Estamos llenos de heridas invisibles
que sangran cada vez  más y más
profundamente. Y cuyas cicatrices ocultan
pequeñas guadañas en cada sollozo
y en cada latido.
EL alma se quiebra como el junco
ante la fragilidad del dolor, que oculta
un romance.
Cuyas palabras y promesas
no eran, sino dardos envenenados
Que perforaban el sentir
hasta convertirlo en el suspiro amargo y frío
que nos muerde el alma
con tanta fuerza
que a veces sentimos, que el corazón se vuelve
un grito de sangre
que duele ser escuchado.
Y que nadie llevara flores a nuestro panteón sentimental
cuando desangrados y nostálgicos,
caminemos sobre el filo de la navaja.
Dejando en el proceso, nuestra piel
y nuestras lagrimas.
Quedando reducidos, a fantasmas emocionales
hallemos en la poesía
el purgatorio a nuestras pasiones.

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