Fantasma

Tengo la melancolía de la luna
clavada en el pecho.
La noche siendo, una rosa oscura
que abre sus raíces
dentro de mi maltrecho corazón.
Y de repente la vida
es una mariposa, que se vuelve oruga
y me come desde dentro.
Las horas se me desprenden del techo.
Como hilos de alquitrán
sobre mi frente.
Y siento como la felicidad
apaga con saña su ultimo cigarrillo
sobre mis labios.
Ya no me duele cortarme las emociones
con la belleza.
Ya no me sangran los versos
sobre la piel.
Ya no siento el dolor multicolor que sentía antes.
Ya solo soy...
Un esbozo de mi misma.
Cuya esencia hace tiempo que fue borrada por el silencio.
Una melodía en blanco.
Una sombra que ya no se proyecta
bajo la luz de una farola.
Y un cementerio de sueños infantiles
en donde hallarás la tumba
en la que reposa mi muñeca de trapo
con su cuerpo devorado hilo a hilo
por los famélicos gusanos de las nostalgias.
Dejando tan solo sus venas de algodón
junto a mi corazón mortificado.
Miro mi rostro transfigurado reflejado
en aquella vieja fotografía.
Y el presente me recuerda que soy
Fantasma de lo que soñé.
Y ya solo me quedan las oxidadas cadenas
de aquello que pudo haber sido amor
y no fue.