La realidad es una mascara distorsionada...

Deformado el maquillaje.
Roto el espejo.
Y arrancadas las tiras de piel
de la fotografía.
La realidad es una mascara distorsionada
que muestra sus ojos vacíos
y sú inquietante y deformada mueca.
La hora oscura sonríe.
Y enseña sus ensangrentados dientes.
Y esos labios que ocultan balas y niños
entre sus finas grietas.
En medio de una plaza
en donde se besan las parejas.
Hay un gato muerto.
Y solloza junto a sú baso de plástico un mendigo.
Y aquel estanque,
en donde se reflejaba la luz de luna.
Hoy es un desierto azul y podrido
en cuyas ondas muertas
crecen flores de detergente y manillares de bicicleta.
La belleza se deteriora
y se prostituye en callejuelas
en donde lo superfluo se vende al mejor postor.
La vida son lágrimas.
Lágrimas y lirios en los ojos.
Un cigarro que se consume esperando
una ultima calada.
Aquellas campanas que suenan
en medio de una ciudad oscura y vacía.
Un libro en blanco.
Aquel caleidoscopio donde se confunde
el tiempo y el sueño.
El humo del café y una espina.
Menos mal que aún existe la poesía.