cicatrices de guerras no vividas.

Tengo restos de metralla y de sangre
esparcidos por mis pulmones
y por mi garganta.
¡Yo no viví la lucha!
¡Yo no viví la muerte!
¡Yo no viví el exilio!
¡Yo no viví la guerra!
Pero he sentido tantas veces su impacto
con mi cuerpo mutilado
por el miedo convertido en bala
y por las lágrimas.
Que sin haberla vivido
Mil veces he muerto bajo el plomo.
Y bajo las raíces que germinan
de la frente de los que cayeron en la tierra
y en el llanto.
Olvidados por los libros de historia.
Olvidados por los periódicos.
Y por las fotografías.
Pero recordados noche tras noche
en el cementerio negro
en donde gritan con pistolas dentro de la boca
mis negras pesadillas.