Somos sangre.
Lagrimas,vómitos, y sangre.
Sombras que arrastran
sueños vivos y recuerdos muertos.
En medio de un paraíso
de cristales rotos y viejas fotografías.
Suspiros que deambulan medio sonámbulos
por callejones donde no existe el mañana.
Arrastrando con cada paso las cadenas
de cuando fuimos metáforas vivas con el corazon al aire.
Nos desprendemos de la piel.
Lamemos nuestras heridas.
Y lloramos polillas sin sombra y lunas plastificadas.
Con cada campanada
que suena anunciando las horas agonizantes.
Queremos volver al origen.
Y no podemos.
Pues nos vamos hundiendo poco a poco
en nuestra propia ciénaga
de memorias podridas y negras vanidades.
Somos sangre.
Sudor,tierra,y sangre.
Lunares agrietados por los años.
Y por los sueños.
Venas desatadas de la madeja de la vida.
Pájaros sin pico.
Marionetas que no tienen ni rostro ni voz.
Mascaras que ocultan rostros deformados
por las batallas que libramos contra las bestias,
que arañaban nuestra cara.
Buscando bajo nuestra calavera
las mariposas y los ángeles de nuestra infancia.
Un suspiro liquido.
Una arcada seca.
Aquella pluma en la comisura del labio.
Y ese cigarrillo que se quedo atrapado en nuestra lengua.
Debajo de nuestros plieges
hay oculto un poema.
Y una esquela escrita con piedra y tinta.
A nombre de nadie.
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