La realidad contra la lírica:

Eramos rivales.
Frente a frente nos encontramos.
Aquella madrugada
Nos batíamos a muerte
Yo con mi pluma de poeta.
Tu con tu espada lágrimas y miedo.

Los dos frente al espejo.
Eramos rivales.
Cada uno con su bando.
Yo defendiendo la locura azul
de la infancia.
Tu la realidad oscura
de aquel que arranca el corazón
a los cuentos.

Eramos rivales.
Deseando clavarnos una estocada en el pecho.
Deseando ver morir al otro.
Yo desando ver tu negra sangre
golpear contra el cristal.
Y tu las mariposas muertas de mis venas
cayendo contra el suelo.

Eramos rivales.
En una lucha sin cuartel hacia la vida.
Tú mi alma atormentada.
Yo el perfil de niño oculto que quisiera
no tener que esconder su caballo blanco de la infancia.
a las hormigas caníbales del tiempo.


Eramos rivales.
Desde que nacimos sombra y luz.
Tu y yo.
nos andamos buscando.
Nos andábamos buscando desesperados por encontrarnos
en un duelo a muerte.
Pupila a pupila.
Los dos frente al espejo.
Yo con mi pluma de poeta clavada en mis venas.
Tú. Cortándote con la espada de las lagrimas y los miedos.

Eramos rivales.
Los dos caímos al suelo.
Tu. siendo aquel fantasma
que se desangraba en tristeza negra
al otro lado del espejo.
Yo. Con mi perfil de poeta maldita
tendido sobre los azulejos.

Frente al espejo.
Eramos dos rivales.
Que nos matamos el uno al otro.
en un nocturno y lirico
duelo.
y solo quedó en la habitación
Aquel gemido de campanas mudas que queda
cuando ronda la mariposa oscura
del silencio.