El niño de nadie:

Sobre la mar de la muerte y la ceniza
vi flotando un niño.
Un niño sin piel y sin rostro.
Un fantasma desnudo
Cuyos ojos azules se fundieron con la arena.
Y cuya boca ya amapola de su sangre.
Fue devorada lentamente por las polillas del tiempo.
Y por las arañas de la luna negra.


Sobre la mar flotaba un niño.
Un niño que ya es un muñeco de hueso y carne.
Cuyos brazos y piernas fueron cosidas por las larvas.
Un niño cuya frente es un páramo
donde yace la espuma junto a las venas.
Y cuya mandíbula es hoy,
un coral creciendo sobre la mar convertida en un jardín
de dientes de leche y cabellos negros.

Sobre la mar un niño.
Un niño que es naufrago de su infancia.
Naufrago de las bombas y del hambre.
Naufrago con el corazón abierto. y consumida su cara.
Nadie sabe cuando llego flotando a la orilla del silencio.
Su rostro devorado por la tierra y por las algas
le hace parecer mas viejo.
Porque es su edad tan oscura e inconcreta
Que no se sabe si murió hace un mes,
o hace ochenta guerras.

Sobre la mar del dolor y del silencio.
Flotaba un niño
Un niño cuyas entrañas hinchadas
de tanto beberse su angustia.
Reventaron. llenando la orilla de lágrimas.
Y cuyo cadáver fue encontrado junto a la orilla.
Destrozado. consumido en su propia angustia.
Con su corazón sobre el pecho
Corazón que alimentan a las sirenas caníbales
de los sueños.

Sobre la mar de la muerte y la ceniza
vi flotando un niño.
Un niño sin piel y sin rostro.
Un niño que era un fantasma desnudo.

¡Un niño de nadie!