La
niña está muerta.
Peinar con vuestros dedos
Los cabellos a la niña del aire.
Secar las lágrimas de su rostro.
De aquel
rostro de eternos 10 años.
La niña tiene un vestido
Todo entero hecho de agua.
Y un canesú de barro seco.
Sangre sobre su sien.
Y en su cabeza un orificio de inocencia
por donde
florece,
Un ramillete de jazmines y romeros.
Y por el que sale volando
una bandada de mariposas color viento.
Dentro de su pecho,
Su corazón alza su latido
Como un cántico de fuego.
Y un llanto como una
campanita de plata
Resuena dentro del pozo viejo.
La niña sueña
Con la muerte que no la
tocaba.
Sueña. lo que sueñan los ángeles custodios.
Y las hadas.
La niña dormida dentro del pozo
La niña dormida dentro del pozo
Busca su infancia robada.
Su infancia perdida entre las aguas.
La niña dentro del pozo solloza
con suspiros de viento y plata.
Mientras sus ojos de porcelana
miran como el tiempo es un pegaso de fuego
que va extendiendo sus alas.
Una niña ha muerto.
Sacar su cuerpo del agua.
Aquel cuerpo de muñeca que flota
como una laminita de escarcha.
Y limpiar esas lágrimas de su rostro,
que son diez lunas de plata.
Una niña ha muerto
Dentro del pozo del alma.
Y todas las campanas del pueblo gimen,
con un sollozo de garganta entrecortada.
Todas las campanas gimen,
por los muros de la Alhambra.
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