lunes, 15 de octubre de 2018

Triste poema infantil.

Cada vez que pestañeo
Un niño piensa en el suicidio.
Y va cortando los minutos y las lágrimas
que visten su camisa de muerte.
Con las paginas de un cuento
tan triste como oscuro
llamado ''era sé una vez la felicidad'.
El niño se siente
prisionero de su propia sonrisa
dibujada con un cuchillo de colores alegres
sobre la comisura de su labios.
Y no puede salir
de su cárcel de carcajadas forzadas.
Mientras el silencio y el miedo
son son dos fieras que muerden su frágil corazón.
Porque tiene que ser
esclavo de su propia felicidad obligada.
Y de su propia fantasía de niñez.
Porque los niños dicen,
no tienen problemas y no conocen el dolor.
El niño tiene que llevar
el dogma del arcoíris por bandera.
Y la felicidad permanente por escudo.
Porque el niño no puede
sentir el peso de la tristeza sobre la espalda.
Tiene que tener la mueca eterna
del bufón feliz.
Pero el niño sufre.
Y sufre con lágrimas afiladas en los ojos.
Y con una herida abierta en  su alma
y en su piel.
Por donde supuran los veranos en la playa
y todos los instantes
que luego serán fotografías.
Que luego serán aroma de campo y oxido de atracción.
Porque hay un niño
con tristeza de vivir en cada
Pero...
Cuando nos ponemos la mascara de adultos
nos aislamos
en nuestra propia burbuja emocional.
Incapaces de oír las salpicaduras de sangre multicolor
de un niño que sumido en la tristeza
se ha cansado de soñar.

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